viernes, 5 de marzo de 2010

Unas lecciones de metafísica (Reflexiones acerca de ese libro de Ortega).

La metafísica es un saber orientarse bien con respecto a la vida. La vida es plena fatalidad en el sentido de que nos vemos arrojados en ella, obligados a vivir, es decir, obligados a que nuestro yo se halle en una circunstancia. No elegimos ni la circunstancia, ni a nuestro yo. Nos vemos nadando en este mar de dudas que es la vida. Mar de dudas, dado que la circunstancia es imprevista, ser, es un llegar a ser, y todo es constante vivir, estar, ser. Ésta circunstancia en la que nos vemos inmersos, no es parte de nuestro yo, ésta, nos delimita en cierto modo, ya que, aunque no elegimos la situación, ésta nos brinda una serie de posibilidades a elegir, y esta decisión es nuestra; lo queramos o no, siempre.
La metafísica de Ortega es una metafísica enfocada en la razón de vivir, los rasgos universales que deducimos de nuestra experiencia inmediata, de nuestra vida. Para hacer una buena metafísica; un conocimiento apropiado de la vida, o de lo que sea, sobretodo de la vida; no debemos partir de presupuestos, debemos partir de hipótesis que se sostengan a sí mismas y no contradigan con otras también primarias. Éstas hipótesis radicales, deben basarse en lo inmediato, en lo que está ante nosotros. Formamos parte de la vida; yo, y mundo. La vida es desorientación radical, por lo que necesitamos una orientación radical. Aquel que no filosofa, no se toma la vida en serio; vive como un animal. La vida es radical problema; radical confusión; radical libertad individual. La filosofía, es un esfuerzo intelectual que nace en situaciones de crisis, cuando estamos en un mar de dudas, nos ponemos a pensar, a nadar. Creamos ciencia, en la medida en que la necesitamos para resolver nuestros problemas. Nadamos para no ahogarnos. Nuestra concepción de la vida se basan en creencias, que eliminan la duda; fruto de las convenciones sociales es decir, la doxa común, ciencia, o llámese como se quiera todo lo que te impide pensar, y reduzca el problema a un sólo punto de vista. Cuando ante las dudas, que todos sufrimos, adoptamos creencias, y éstas se rompen; aparecen las ideas. Podríamos decir, que las dos épocas de la historia de la filosofía que Ortega acomete, son: el periodo del realismo; y el del idealismo (fenomenológico). Ortega, tras analizar las dos propuestas propone una descripción de la vida; ya que el hombre no tiene naturaleza, debemos basarnos en el conocimiento inmediato, evidente, el del acto de presencia del objeto de conocimiento ante mí. La vida es una inseparable coexistencia del yo y el mundo; de las circunstancias y situaciones; del aquí y el ahora. Entre yo y mundo, se da una relación de interdependencia. Para poder salvarme, he de salvar la circunstancia. La circunstancia puede ser salvada en el presente. Ortega remarca la importancia de la acción ahora y aquí. Debido a los problemas a las que nos llevan el idealismo y el realismo, lo que queda como superación es la descripción de la vida, para intentar llegar a evidencias. Voy a enumerar brevemente los atributos que Ortega analiza de la vida, para ir desarrollando algunos. La vida es fatalidad, estamos arrojados al mundo; a un hacer con el mundo. La vida se sabe existiendo, no lo hacen ni los animales ni las plantas ni las piedras, que tienen una cómoda existencia; lo hacemos nosotros. La vida es elección; deseo; proyección. La vida es decisión. La vida es futurización, vivimos de cara al futuro; nuestro proyecto es un proyecto de futuro. Nos fijamos metas que vamos cumpliendo. La vida es libertad, estamos condenados a ellas; malditos, como algunos decían. La libertad está condicionada. La vida es tiempo, es vivir en el tiempo. En las lecciones que imparte Ortega, se habla del estudio, del cuidado de la vida;, aparece la definición de metafísica; el mundo. Se da importancia a la descripción como método para llegar a la verdad radical (al corazón bien redondo de la verdad). La radicalidad consiste en pensar desde uno mismo, entre otras cosas. La vida es ejecutividad, es un estar siendo.

No te asustes que sigo aquí escribiendo....

La vida es saberse y comprender-ser. La vida es como un peso, que a la vez que pesa, se pesa a sí misma. Nosotros los humanos, gracias a nuestra conciencia, entre otras cosas; somos conscientes de que somos; de que estamos; de que hacemos; de que vivimos. La vida consiste en saber que se existe. Es un saberse de uno mismo. Los objetos, como las plantas, las piedras, los árboles; no saben ni sienten su ser; no saben que existe; su existencia le viene dada por su esencia. Nosotros sí sabemos: pero no es un saber científico, ni biológico, es un saberse de nosotros en la circunstancia. Lo sabemos debido a que tenemos una conciencia inmediata, que nos hace saber en el momento y en el espacio. Nuestra vida, no sería nada si no supiéramos de ella. Todas las dudas comienzan con este saberse; éste enterarse de uno mismo, existiendo, viviendo. La vida es un saberme a mí, saber yo; y un saber el mundo, la circunstancia del momento y el lugar presente; esta habitación; ésta cárcel. A este saberse de la vida, acompaña un apetito de verdad, una curiosidad existencial producida por la conciencia del existiendo. El hombre es un animal que necesita de la verdad, no es omnímodo, sino que es verdaboro. A éste saberse a uno mismo en un lugar, sucede un cierto miedo; una desorientación, ya que de pronto es como si despertáramos en el mundo; sobretodo dudas, sientes miedo y desorientación al despertar...., mientras, puedes estar en una vida falsa y no plantearte los problemas; pero entonces eres un estoico bruto, que decide alejarse del problema y replegarse en sí mismo; como la arañita que guarda conocimiento en un tarro, y se cree poseedora de toda la verdad. La vida nos posee; es nuestra; somos amo y esclavo; ésta posesión es consecuencia del saberse siendo y estando. Este presencia de mí en mi vida; me da posesión de ella. Cuando optamos por despertar, nos damos cuenta de que todos, o al menos yo, estoy arrojado al mundo; fortuita y milagrosamente; aquí y ahora; yo entre millones de posibilidades pasadas. Vivo frente al mundo; con el mundo; dentro del mundo. Yo y el Mundo; mi Vida. Yo un Ser Vivo, yo un Vivo en el Mundo, Yo y Mundo, ingredientes de nuestra vida; distantes e inseparables. Nos damos cuenta del mundo antes que de nosotros, ya que al reparar en tu yo, lo haces en una situación; en una circunstancia. Yo, como alma, conciencia, mente, fumado, o lo que sea. Me encuentro. Me encuentro a mí mismo fuera de mí mismo. Desde mí, llego a el lugar donde estoy. Me observo desde dentro, desde fuera. Mi yo, y mi libertad, se limitan a éste lugar; a éstas personas; a éstas leyes; y a las posibilidades a las que estoy limitado. Estoy aquí; me ha sido dado el vivir; el decidir; el asumir mis pensamientos y mis actos; el conocerme. Estoy obligado a todo ello. Yo hago constantemente; incluso cuando no hago; hago. Vivir es un ocuparse con la circunstancia. Siempre estamos pensando, pasando el tiempo, haciendo tiempo. Siempre estamos ocupados, incluso cundo espero, hago tiempo. Vivir es estar fuera de sí; es estar en éste mundo; en éste lugar; en éste momento. Estar en lo otro; hacia lo otro. El mundo también es en la medida en que nos afecta, nos interesa, nos acaricia, nos amenaza y nos atormenta. El mundo está contra de mí. Como elemento para la superación. El mundo presente, no tiene porque ser el descrito por la ciencia; el mundo físico. Puede ser un mundo metafísico; un mundo de valores; de cosas que nos afectan. El mundo de cada uno; el mundo real de cada uno, se compone de lo que afecta a cada cual. Cada individuo por su sensibilidad y personalidad está predispuesto a ser afectado por él. Por mucho que tengamos escudos; y que pretendamos ser Caballeros, y creamos que nuestra armadura nos protege; somos seres sensibles, conscientes, y reflexivos; nos afecta. "Mundo es sensu estrico lo que nos afecta".
La existencia del hombre es fatalidad, es un estar radicalmente desorientado. No estamos determinados; no tenemos naturaleza; la moira nos da el papel en blanco donde nosotros pintamos. Somos los arquitectos de nuestra vida, lo queramos o no; lo creamos o no. Pero tampoco nuestra libertad es absoluta, ya que entre otras cosas, no podemos elegir nuestra circunstancia. La circunstancia es imprevista , nos encontramos siempre en circunstancias imprevistas; no nos bañamos dos veces en el mismo río, aunque tú, te bañes en un río. El mundo vital es el de aquí y ahora. Su vida profesor, consiste, en leer mi trabajo..., y perderse con estos puntos suspensivos...., pero encontrado en las siguientes palabras. La vida nos es arrojada, y somos arrojados a ella. Vivimos en un mundo de posibilidades finitas; de ahí que podamos elegir. La vie est indeterminée. Nuestra conducta, aunque hoy en día esté programada y sobreoprimida, no está absolutamente predeterminée, hahaha. Estamos obligados por necesidad de nuestro ser, a elegir y decidir en cada momento de nuestra vida; en cada uno de los capítulos; de los fotogramas; de todas las posibilidades; de nuestras ideas; de prejuicios; de tabúes; de nuestros actos. Elegimos y decidimos en cada momento; es una libertad intrínseca a la vida. Esta libertad es lo que da sentido a la vida; y lo que lo quita. Tú lo quieras o no, eliges, has elegido. Decides quedarte y leer; no se si por pasta o por vocación; pero lo decides. Lo has elegido. Eres tu elección. Proyectas tu decisión; tus temores; y tus complejos más ocultos. Construyes una imagen del mundo y de la vida conforme a tus creencias; fruto de elecciones y decisiones. El árbol de decisibilidad, si tomo el A, no tomo B. Si tomo la pastilla azul, o la roja; eso depende de mí. Yo hago mi vida; y la puedo hacer autentica o falsamente. Oh..., lo auténtico..., es lo que me salva entre tanta mentira. Nuestra constante decisión sobre nuestras ocupaciones con la circunstancia. No podemos elegir a la circunstancia; pero ella elige un marco de posibilidades para que nosotros decidamos y elijamos; aquí y ahora. La vida es sostenerse en el propio ser; siempre somos responsables de nuestras decisiones. Vivimos sin remedio; al menos los valientes que no nos quitamos la vida; ni vivimos en el engaño de la verdad aparente. Tenemos que elegir irremediablemente. Somos la triada cristiana; hacedores; hechos; y ordenadores. Productores de nuestro camino. Inmersos en espacio y tiempo. La vida; puede ser auténtica o falsa. Nuestros deseos se basan en la moira, que en parte tenemos subyacente en el fondo de nuestro ser; la que constituye nuestro destino o vocación; la luz que guía nuestro camino; nuestro fin. Libertad y autenticidad. Nuestro proyecto es un proyecto de futurización. Nuestro ser consiste en lo que va a ser; en lo que aún no es. No somos; seremos. La vida es una actividad que se ejecuta siempre hacia adelante; el pasado o el presente se descubren después; en relación con ese futuro; siempre después; al menos en el tiempo de la vida. Planeamos nuestro día cuando soñamos.... Existen varios tiempos; el de la vida, que siempre es futuro; el del cosmos, es decir, el de las cosas, que es el que se da en el presente, puesto que futuro todavía no es; y el pasado no es. El tiempo del viviente es el del futuro. Nuestra vida está en el presente; anclada a un proyecto de futuro; a metas cíclicas; a etapas de la carrera en la que participamos para morir. En cada instante, la vida se dilata en las tres dimensiones del tiempo real interior: mi futuro me hace descubrir mi pasado para realizarse; el pasado es ahora real porque lo revivo en el presente; cuando encuentro en mi pasado los medios para realizar mi futuro, descubro el presente. Existen dimensiones diferentes dentro de nuestro yo; una es la apetitiva y desiderativa: apetecemos, deseamos, tenemos ilusiones, dudamos; y es el conjunto de nuestros afanes los que determinan nuestra atención. Otra es la dimensión cognoscitiva; lo que vemos o conocemos está determinados por las apetencias.

A modo de conclusión, ahora voy a escribir de una manera menos sistemática; vamos a ver que es lo que pienso bajo esta melodía jazz-fusión que activa tantas partes de mi cerebro; y me hace gozar del sonido de ésta habitación. Embelesado bajo este ritmo en los clics de mis dedos formando estas palabras; cierro los ojos y sigo escribiendo, inmerso en esta canción; pensamientos a ritmo de jazz. Hablemos pues del estudiante; pero he aquí que el jazz me impide despotricar todavía; en este sentido el ánimo que provocan los estímulos externos que fluyen en este micro cosmos de mi habitación, y que mis receptores alterados, interpretan; buff, sorpresa, mientras escribo, el tiempo pasa, y la melodía ha cambiado; ahora pienso a ritmo de buggy buggy.... A ver si ahora si puede hablar sobre el falso estudiante. Parto de mí como sujeto de pruebas de mis teorías. De mi parto, para explicarme; yo, puedo ser un estudiante; de hecho voy a la universidad. Desde siempre he tenido cierto recelo contra la educación adoctrinante; pero he aquí que leo el primer capítulo de éste libro; y me identifico con los pensamientos de Ortega; y de pronto mi atención se centra sobremanera; y mis receptores funcionan al doscientos por cien; de pronto empiezo a conocer; a darle forma a mi pensamiento con las palabras de este hombre; empiezo a despertar el conocimiento como si estuviera en mí; comienzo a proyectar; me identifico; conozco lo que quiero conocer; lo que quería saber se muestra ahora ante mí. Soy un individuo con personalidad-martillo. Me planteo cosas a martillazos; voy a las clases cuando quiero; como todos; arrastro una mala experiencia del instituto; como librepensador me sentía aplastado; y también como individuo; a punto de explotar he estado tanto tiempo a causa de no poder expresarme. Las clases me parecían alienantes; los profesores me juzgaban; y yo a ellos; yo soy diskordia, y me manifiesto en tu individuo a través de la libertad. Yo me quería morir en mi pupitre, aburrido escuchando a mi tiránica profesora de filosofía; me sentía frustrado; impedido a pensar; los exámenes una jodida obligación que me estaba impuesta; estudiaba siempre poco antes del examen; luego todo se olvidaba; seguía hablando; seguía pensando; todo; inmerso en el fuego eterno. Nunca he hecho los deberes, puesto que he sido mas de haber que de deber; nunca; a ratos; de pronto escuchaba la verdadera voz del profesor; y mis ojos se abrían exaltados; de pronto, el profesor me enseñaba; sin miedo; sin socialización; él y yo. En esa habitación. Pero no todo fue malo; pues recuerdo profesores con los que disfrutaba hablando; aprendiendo; enseñando; contrastando. Sí, esx profesorx, que no te decía que camino habías de tomar, sino que te acompañaba enseñándote el camino; como caminante que él también es. Sí, ésta es mi crítica a la educación; y la de Ortega; y la de Marx; y también mi pedagogía si leemos entre líneas. Luego, al acabar el instituto con la esperanza de que en la universidad la pedagogía fuese ideal; me decepcioné; de pronto; me sentía incapacitado; estúpido; quise abandonar; puesto que no era capaz de seguir muchas clases; lo mismo; vas a un profesor; escuchas lo que te dice; luego no lo piensas; no estás receptivo a aprender. Y sigo nadando en este mar de duda, pero ahora sé que no estoy sólo. A usted Profesor; le debo el seguir aquí, porque sigo aquí con la esperanza de crear mi pedagogía; de que usted también lo haga; salgamos de la relación maestro-alumno que la opinión común establece; venga; tire su pupitre por la ventana; dibujemos todos en la pizarra; divirtámonos; conozcamonos; enseñemonos a pensar; pensemos por nosotros, vivamos. Muchas veces, me siento inseguro y desorientado, me da miedo la elección para bien o para mal de mi proyecto de futuro y ando preguntado a las gentes si hago bien o hago mal; leía los libros creyendo que la verdad me iba a ser revelada; confiando en las verdades; observaba a los científicos tan seguros de sí mismos; conocedores de toda vida y realidad última; delimitada la realidad por ellos; me sentía estúpido por pensar; por estar desorientado; sumido en la oscuridad de la duda. Pero empiezo a conocerme como individuo y empiezo a reconocer la humanidad de los demás. Bien profesor, no se si usted desea que un alumno haga los trabajos así; pero al menos estoy en buen camino.... Si el maestro conociera al alumno; el alumno conocería al maestro. La metafísica es un saber orientarse en la vida; gracias PROFESOR, por ser un alumno.

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